Adopción Responsable

Adopción Responsable

Desde los albores de la convivencia entre nuestras especies (cánidos y humanos) y a lo largo de todos los años de domesticación y modificación genética, hemos podido comprobar y sentir que los perros han sido y seguirán siendo nuestros mejores amigos. 

 

La popularidad de los perros como animal de compañía ha ido incrementándose paulatinamente con el paso de los años entre las familias españolas. En 2020, la popularidad canina de este tipo en el país era ya de aproximadamente 6,7 millones.

 

Pero a su vez, somos líderes en Europa en abandono de animales: 700 cada día. Nos situamos desde hace años a la cabeza del continente en cifras de abandono animal. La falta de concienciación y la dejadez política ponen en jaque un sistema de protectoras y perreras completamente saturado y desbordado. 

 

Es  nuestra responsabilidad y deber, a la hora de adquirir a un animal, darle sus necesidades biológicas y comprometerse a cuidarlo hasta el final de sus días. Muchos de nosotros, es más, queremos a nuestro peludo como a un hijo más. Para ellos, somos todo su mundo, siendo fieles y agradecidos sin cuestionarse nada.



¿Qué implica tener un perro?

 

Empezamos con la definición de bienestar animal de la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal), con el título de “Las 5 L”:

 

"libre de hambre, de sed y de desnutrición;

libre de temor y de angustia;

libre de molestias físicas y térmicas;

libre de dolor, de lesión y de enfermedad;

libre de manifestar un comportamiento natural"

 

Pero esto no es suficiente. No basta con cualquier alimentación, debe respetar su naturaleza. Aunque no tengan problemas de salud aparentes, poder llevarles al veterinario a revisiones anuales. Realizarles una actividad física diaria y estímulos mentales mediante juegos intelectuales correctos. Socialización con otros perros. Ofrecerles cobijo, calor, zona de descanso agradable… Hacerles sentir seguros, a gusto y felices. La paciencia y el amor es la clave de una sana relación.

 

Un dato a tener en cuenta, si nuestra situación económica se lo puede permitir, sobre todo por posibles urgencias y/o inconvenientes que puedan surgir de cualquier tipo que implique un gasto extra de dinero de lo previsto.

 

 

¿Raza o mestizo?

 

Normalmente a las razas se les atribuyen temperamentos y propensiones de comportamiento basadas en una supuesta función de origen ancestral. 

 

Cada vez hay más estudios donde explican y demuestran que ser de un pedigrí u de otro solamente explica el 9% de la variación de comportamiento, puesto ninguno es exclusivamente de una raza en particular.

 

A la hora de adquirir un perro, no deberíamos de pensar en ese físico y supuesto carácter, sino en nuestras circunstancias y condiciones. Y mucho menos no influenciarnos por las modas y tendencias del momento como si se tratasen de una prenda de ropa. 

 

Valorar el estilo de vida de cada uno con las características de cada perro, tanto de colectivo como de individuo. Estudiar también si encaja mejor con nosotros un cachorro por el esfuerzo y tiempo que implica, si adoptar un adulto, o darle calidad de vida a los últimos años a un sénior. 

 

Debemos de estar dispuestos a realizar y ejercer mucha compresión y gran empatización, dejando atrás el EGO.

 

Nuestra recomendación es que os acerquéis a la protectora que tengáis más cercana, expliquéis vuestra situación y permitáis ser asesorados y aconsejados. 

 

En conclusión, ADOPTAR ES DAR VIDA. Es un acto de amor incondicional que realizamos altruistamente por otra vida que ya ha sufrido en mayor o menor cantidad el dolor que ocasiona el ser humano.

 

Todo el contenido que escribo está hecho con fines educativos e informativos y no constituyen un sustituto a la atención veterinaria. Mi propósito es mostrar cuán importante es para tu peludo tener un veterinario holístico.

 

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